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Muñecas de trapo: La historia del juego humano

10 agosto, 2017 / no comments, en juego infantil, juguetes

Cuando pensamos en una muñeca de trapo seguramente pensamos  en una generación de personas que no han estado delante de una consola la mayor parte de la su infancia.

En efecto, estos juguetes infantiles han aportado a sus propietarios algo más que simple entretenimiento. Veamos pues que más nos puede aportar estos simples juguetes.

Muñecass hecha de trapo a lo largo de la historia

No, tranquilos. No se han encontrado muñecas de trapo en las cuevas de Altamira.¿Pero podrían haber jugado nuestros ancestros con ellas?

Para la ciencia es difícil averiguar en que momento el ser humano empezó a jugar con juguetes, es más cabría pensar si el juego es algo intrínseco al ser humano. El juego es la base de nuestro aprendizaje y por tanto el juego simbólico toma una gran importancia en los «cachorros» humanos. Si observamos a nuestros parientes más cercanos los primates nos daremos cuenta que ellos también tienen juguetes, a su manera, un palo una piedra un trozo de fruta mordisqueada.

Si viajamos un poco con nuestra imaginación, poca diferencia podríamos encontrar entre una muñeca con tejidos y un palo con unas tiernas hojas a su alrededor. Los dos elementos podrían incitar al juego simbólico y por tanto ser calificados de juguetes, en este caso muñecas de trapo.

Los primeros indicios de las primeras muñecas fabricadas con telas las encontramos en el antiguo egipcio y estaban hechas de lino y papiro. En la antigua Roma también existe constancia escrita de su existencia, de hecho uno de los ritos que solían hacer las muchachas romanas antes de desposarse era entregar en los templos sus muñecos cómo símbolo de que dejaban atrás la niñez.

Pero las muñecas de trapo también tuvieron y tienen en diferentes culturas otras funciones diferentes del juego

Así en la cultura Inuit es típico hacer muñecas de trapo usando cómo elemento principal las pieles de los animales que cazaban. Las muñecas las hacían los propios niños bajo la supervisión de los mayores aprendiendo en el proceso el arte de la costura, curtido y corte de la piel.

De una manera muy similar las culturas indígenas de América han confeccionado tradicionalmente sus muñecas de trapo con los materiales propios de su cultura como las fibras de fique, cueros, etc

En estas dos culturas tan arcaicas, a ojos de algún despistado, conservaron lo que muchos europeos perdieron de vista durante muchos años. Aprender jugando y jugar a aprender. Cabe pues la posibilidad de que el método Montessori de enseñanza no sea tan revolucionario, sino que sencillamente busque en lo más profundo del ser humano.

Muñecas de tela; mucho más que un trozo de trapo

En efecto, las muñecas de trapo son mucho más que un trozo de tela como bien se demuestra en el experimento de Harlow donde primates privados de la relación con sus madres desarrollaban conductas afectivas con un simple trapo de tela.

Y es que hay algo que es difícil de explicar. la gran mayoría de las personas sentimos algo especial cuando acariciamos una muñeca de trapo y no digamos si además incorporan tejidos tan suaves cómo puede ser el crochet. Así estas caricias en muchas ocasiones nos trasladan a un tiempo de ternura, quizás nuestra infancia, quizás el abrazo de una madre.

No, no es culpa de la suavidad de una muñeca de crochet, es algo que tenemos interiorizado, la necesidad de contacto con el semejante.

Lamentablemente han quedado pocos rastros históricos de las muñecas de trapo en la antigüedad. Ello es debido a los materiales que tradicionalmente se han utilizado en su manufactura. Fibras naturales que en condiciones de humedad o bajo los elementos son fácilmente degradables. Por no decir que el trato conferido por sus propietarios puede ser calificado a veces de un poco «descuidado»

También cabe reseñar que los coleccionistas hasta recientes fechas ,tampoco se habían fijado en las muñecas de trapo. Preferían las muñecas de porcelana que aunque más impactantes a la vista no destilan esa ternura que necesitan los niños.

No obstante cabe resaltar algunas piezas cómo la del British Museum datada en el siglo III a.c. y que fue encontrada junto a la tumba de una niña de edad temprana.

Quien diría que una muñeca de trapo daría para tanto.

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