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Juegos de ciencia clásicos: Los juguetes atómicos

22 marzo, 2017 / no comments, en juguetes

Juguetes radioactivos , sí ha leído bien. Fueron un tipo de juego de ciencia inspirado en la ciencia ficción y en la guerra fría. Pero pongámonos en situación, hubo una época en que la energía nuclear era vista con otros ojos ya que todavía eran desconocidos para la mayoría de la población los efectos adversos de la radioactividad.

Decir radioactividad era lo mismo que decir modernidad

A principios del siglo XX, recién descubierta la radiactividad por la inigualable científica Marie Curie  esta era sinónimo de modernidad. El término vendía quizás de la misma manera que los apelativos natural o ecológico venden a principios de este siglo XXI, siempre claro está, salvando las distancias.

Así las empresas del sector de la belleza, que siempre han sido de las más avispadas en cuanto a la utilización del marketing, pronto empezaron a incluir en su catálogo, cremas, colonias, lacas y demás productos de belleza (en especial y en esas épocas para mujeres en estuches originales) que incluían el elemento secreto. Sí queridos lectores, lo habéis adivinado. Estas empresas ofrecían productos con elementos radioactivos cual baba de caracol en las cremas modernas. Estamos seguros que los efectos en el pelo y en el cutis serían de lo más llamativos, más si cabe, cuando llegaron a ser un éxito rotundo de ventas.

juguetes atómicos

Crema Tho-Radia del presunto doctor Alfred Curie, con Radio y Torio entre sus principios activos.

Pero no solo las empresas del sector de la belleza se apuntaron al carro, las farmacéuticas y toda una serie de charlatanes ambulantes también empezaron a predicar los innegables beneficios de la radioactividad, creando varios cientos de tonificantes y revitalizantes. Quizás uno de los más efectivos  fue el Radithor, que logró acabar con un buen número de sus clientes más habituales, atraídos por sus concentraciones garantizadas de Radio 226 y Radio 228.

juegos científicos

Si estáis interesados, en Fukushima se puede encontrar en varios manantiales.

Juegos de ciencia atómica

Una vez puesto el lector en antecedentes, este podrá empezar a comprender el porqué los juegos de ciencia o juguetes atómicos fueron una tónica bien entrado ya en siglo XX. Más concretamente en las décadas de los 40 a los 60 y en especial en los EE.UU. Aunque en la extinta URRS algunos gerifaltes del PCUS también tenían sus particulares juguetes atómicos que exhibían ante el mundo y en especial ante sus homólogos americanos.

 

 

De entre todos los juegos de ciencia que se comercializaron en los Estados Unidos cabe destacar si duda los siguientes juguetes atómicos:

  • Laboratorio Atómico de Energía: Que incorporaba muestras de Uranio y unas inestimables fuentes de radiación atómica cómo el Rutenio 106 o el Polonio 210 que igual suena más al lector ya que fue el regalo que sus antiguos jefes le hicieron a Alexander Litvinenko. Por cierto el juguete lo diseño el mismo fabricante que el famoso Mecano.

[ctt template=»12″ link=»tc535″ via=»no» ]¿Papá me pasas el Plutonio? Espera hijo que tu madre me ha pedido los rayos gamma. Juguetes atómicos. http://ctt.ec/tc535+[/ctt]

  • El Laboratorio Educativo Nuclear de Gilbert: Con instrumental de primera calidad como por ejemplo electroscopio, cámara de niebla, espintariscopio y contador Geiger. Un estupendo juguete atómico con fuentes de radiación completas de tipo alfa, beta y estupendos rayos gamma.
  • Kit Atómico de Porter: En venta durante casi 20 años entre los años cuarenta y principios de los sesenta, contaba también con instrumental y centraba sus experimentos en la impresión que la radiación provocaba en distintos materiales, un poco al estilo de las placas de los famosos rayos X.
  • Kit para la Detección de la Radiación: Se empezó a comercializar casi en los años 60. Con tantos juegos atómicos, quizás la casa estuviera «contaminada». Con este kit los peques podían saber si algún material emitía radiación siempre que estuviera dentro del espectro detectable (todos los elementos emiten radiación en mayor o menor medida). Por supuesto, no podían faltar la fuentes de radiación y muestras de Uranio.

Se comercializaron muchos más juegos de ciencia de esta índole, sin ser alarmistas, quien sabe las muestras de Uranio que acabarían en la boca de algún hermanito pequeño mientras decía «me gusta el olor del uranio por la mañana«

Pero los juguetes atómicos no se limitaron solamente a los juegos de experimentos, los juegos de mesa también obtuvieron su parte.

 

Juegos de mesa de inspiración atómica

Con el final de la Segunda Guerra Mundial la euforia nuclear en los Estados Unidos de América se desató y empezaron a comercializare juegos de mesa como  el Juego de la Bomba Atómica

juego años 50

Me encanta el olor a mercurio por la mañana.

El juego consistía en colocar las bombas atómicas en el sitio indicado y dejarlas listas para que fuesen lanzadas sobre el objetivo. Curiosamente las bombas estaban representadas por bolitas de mercurio, que como el lector sabrá es un elemento de lo más seguro para el juego de los niños y mayores. Ríanse ustedes de los juguetes made in China.

Pero el juego de mesa atómico primigenio se publicó en 1940, fue el Uranio y posteriormente el Uranium Rush, basados en la idea de la minería. No podía ser de otra manera en el país de la fiebre del oro.

No solo los juegos de ciencia y los de mesa tienen loables representantes en el Consejo Atómico, al mundo del cómic también le sedujo el glamour radioactivo, así nacieron personajes cómo el Ratón Atómico, Superboy o el Conejo Atómico.

En este artículo no se quiere juzgar a todos estos juguetes, son sin duda hijos de su tiempo y de la mentalidad de su época. Afortunadamente las cosas han cambiado bastante y ya sabemos que con la radioactividad no se juega. ¿O no?

Fuentes:

BBC

La Pizarra de Yuri

El Pensante

Museo de la Instrumentación Histórica

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